Imatge
young ZAZ

Los ZAZ son el trío compuesto por Jim Abrahams y los hermanos David y Jerry Zucker. Los tres se criaron en Milwaukee (Wisconsin) y son amigos desde la infancia.

Son los directores y guionistas de Aterriza como puedas (Airplane!), obra maestra imperecedera del humor absurdo estrenada en 1980. Ninguno de ellos había escrito ni dirigido antes una película. Ninguno de ellos tenía ningún contacto dentro de la industria del cine.

Cuando en las entrevistas les preguntan cómo tres zagales de Wisconsin pudieron abrirse camino en Hollywood y llevar a buen puerto una película tan poco ortodoxa como Aterriza como puedas, los ZAZ responden contando un suceso que les marcó a muy temprana edad y del que extrajeron una importante lección.

Un día, cuando los hermanos Zucker eran pequeños, su casa se incendió. Llamaron a los bomberos. Gran parte del tejado de madera estaba en llamas. Los bomberos aparcaron sus camiones y corrieron al patio trasero de los Zucker, hasta donde arrastraron una manguera grande y varias escaleras metálicas plegables.

Allí los bomberos comenzaron el laborioso proceso de montar las escaleras, primero desplegando y fijando uno por uno los distintos tramos, luego disponiendo las escaleras contra la pared y calzándolas bien en el suelo para garantizar la estabilidad necesaria.

Mientras tanto, las llamas del tejado seguían propagándose. 

La vecina de al lado, la señora Zubatsky, se encontraba en aquellos momentos en el porche de su casa tendiendo la colada y contemplaba con inquietud la escena. Los bomberos seguían enfrascados con el despliegue de las escaleras, cuando de golpe la señora Zubatsky se asomó por el balcón y les gritó: «¡Dejad en paz las escaleras! ¡Coged la manguera y apuntadla al fuego!» Los bomberos reaccionaron de inmediato. Soltaron las escaleras, apuntaron la manguera al tejado y apagaron el incendio en menos de dos minutos.

Esta vivencia quedó grabada en la memoria de los hermanos Zucker. La convirtieron en una máxima profesional que ha guiado su trayectoria en la industria del espectáculo.

La ley de la señora Zubatsky:
 
«Nunca supongas que no eres capaz de hacer el trabajo de otros mejor que ellos.»

En alguna ocasión han profundizado en lo que significa para ellos la ley de la señora Zubatsky, y la han formulado en términos más específicos: «No te dejes intimidar por los profesionales establecidos ni por sus uniformes. Nunca des por hecho que, solo porque alguien tiene un cargo, esa persona sabe cómo hacer su trabajo.»

Los ZAZ son partidarios de que si tu idea te parece mejor que lo que hay, si tu plan tiene más sentido, si tienes una visión, entonces deja tu colada, asómate por el balcón y grita un poco. «Lánzate al ruedo y nunca permitas que los profesionales o sus uniformes te impidan decir hacia dónde hay que apuntar la manguera.»

 

Quizá la ley de la señora Zubatsky funciona mejor en el ámbito de la farándula que en el de, por ejemplo, la neurocirugía. Por más que amemos la obra de los ZAZ, tampoco hay que elevar esta broma privada a categoría de ley universal. Los propios ZAZ reconocen que, además de esfuerzo y determinación por su parte, tuvieron mucha suerte en algunos momentos clave de sus primeros años en Hollywood.

Lo cierto es que en general la ley de la señora Zubatsky combina mal con el efecto Dunning-Kruger, aquel que describe cómo las personas ignorantes en una materia específica sobreestiman sus capacidades en dicha materia.

Hay que entender la ley de la señora Zubatsky sobre todo como una crítica al criterio imperante entre los directivos de la industria del espectáculo: la aversión al riesgo y la repetición de fórmulas de éxito probado. Es la forma más conservadora de maximizar la rentabilidad de cualquier producción, pero también entraña riesgos: acabar perdiendo de vista el propósito inicial de su trabajo.

Cuando esto sucede, el punto de vista de una persona que tiene los pies en el suelo y es ajena al negocio —tipo señora Zubatsky— puede resultar más valioso que el del ejecutivo echado a perder por las propias inercias de la industria.

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